viernes, 14 de junio de 2013

De la familia, los padres, la responsabilidad, los crímenes y otros demonios.

Papá!!!, mira eso, mira Papi la televisión, me decía mi hija, ya con 11 años a cuestas, Mira Papá, como una Madre mata a su hijito recién nacido… como una persona mata a otra sin razón de nada… Porqué Papi?, porque pasa eso?.  Se me hizo un nudo en la garganta; la verdad que no supe que responderle, siempre le respondía todas las preguntas que me hacía, no importará cual, pero esta vez, no supe que decirle. Ella a sus tan solo 11 años, ya tenía que ver esas noticias tan denigrantes para un ser humano.

La familia es el pilar fundamental de la sociedad y es allí donde se debe formar y fortalecer los valores éticos y morales para nuestros hijos. Estudios actuales realizados tratan sobre la relación causal entre la presencia de violencia en los medios de comunicación y la conducta agresiva de algunos niños. Aún sin estar establecida la correlación inmediata entre actos violentos y escenas similares emitidas por Televisión, entonces, no nos queda la menor duda que la visión de robos, asesinatos, violaciones, etc., parece desensibilizar frente a la violencia y generar la aceptación de vivir en un mundo violento. Por ejemplo, en los dibujos animados hay más episodios violentos que en los programas para adultos. Esto hace que nuestros hijos piensen que la violencia es algo normal, algo con lo cual pueden convivir y siempre quieren asemejarse a lo que ven; porque a su tan corta edad confunden lo virtual con lo real y la incapacidad de distinguir entre la lógica de la realidad, es decir, piensan que la violencia que ven en sus dibujos animados o en una película, es lo mismo que ven en un noticiero o escuchan en la radio.

Papá!!!, te haré una pregunta, pero esta vez me la respondes…. Dime Papá, porqué mataron la vez pasada a un señor que tenía su tienda o a la Señora que era agricultora…, porqué al vecino le mandan una carta con una bala, escribiéndole que lo van a matar a Él y a su familia….Porque Papá?... Se me hizo un nudo en la garganta; la verdad que no supe que responderle. Ella a sus tan solo 11 años, ya no solo lo veía por televisión, sino que también lo sentía en carne propia y convivía con ella en nuestro ex apacible pueblo, ya la violencia y el crimen organizado se había instalado cómodamente en nuestro querido Guadalupe, para no sé cuándo irse.

Cuando pensamos en las cosas que nos pasan, de TV basura, asesinatos, violaciones, sicariato, robos, etc, y en la búsqueda de soluciones para estas lacras sociales que nos acechan, siempre nos viene a la mente los que el Gobierno, El Alcalde y la Policía deberían hacer. Sin embargo nos olvidamos del papel importante que juegan los Padres y la Familia en la prevención de asaltos, robos y asesinatos. Decía el orador mexicano Miguel Angel Cornejo: “Cómo tú le pagarías la colegiatura a la vida?. Dios no te preguntará cuánto dinero hiciste, cuantas empresas tuviste, cuantos autos último modelo compraste, Dios te preguntará…¿Qué hiciste con los hijos que te di?, ¿hiciste algo por mejorar mi creación?”.

Los sicarios, violadores y ladrones de hoy, fueron un día niños. Una vez… solo una vez fueron moldeables. Pero como ocurre con muchos, sus padres no les protegieron lo suficiente de las malas influencias, siempre vemos a nuestros hijos como nuestros “pequeñitos”, incapaces de convertirse en lacras de la sociedad, en personas tan dañinas como los desalmados criminales de nuestra sociedad actual. ¡Grave error! ¡Debemos tener los ojos bien abiertos!. Es nuestra responsabilidad cuidar sus almas de la codicia que anhela lo ajeno, de la haraganería, que les hace que no trabajen, que abandonen estudios, que no tengan responsabilidad, y de la insensibilidad que agarra el arma, jala el gatillo y arrebata las vidas de los demás.


Hay algo que los padres de hoy podemos hacer. Tenemos mucho que aportar en la lucha contra la delincuencia y el crimen. Lo podemos hacer desde el seno mismo de nuestros hogares, criando hijos respetuosos y sensibles, diligentes y obedientes, afectuosos y conformes. No necesitamos ser superhéroes para hacer eso.

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